domingo, 31 de octubre de 2010

Los historiadores confían más en la leyenda de los hermanos Ayar, como origen del imperio incaico.

¡¡¡TE AMO PERU!!! ... Impresionante video sobre el país de los Incas.

Siéntete orgulloso de ser peruano, de esta tierra de los incas.... Buen video.

¿Por qué Yahuar Huaca significa "el que llora sangre"?

Su nombre era Titu Cusi Huallpa. Se puso "Yahuar Huaca" ("el que llora sangre") por una conjuntivitis aguda que padeció cuando era niño.

Los nombres de los Incas...¿qué significan?

Los incas, al ser designados monarcas (Sapai Inca), elegían un nombre que tenía un significado que describía su personalidad o lo que quería representar. Veamos:
1-MANCO CAPAC - JEFE PODEROSO
2-SINCHI ROCA - GUERRERO MAGNIFICO
3-LLOQUE YUPANQUI - ZURDO MEMORABLE
4-MAYTA CAPAC - DONDE ESTA EL PODEROSO
5-CAPAC YUPANQUI - PODEROSO Y MEMORABLE
6-INCA ROCA - INCA MAGNIFICO
7-YAHUAR HUACA - EL QUE LLORA SANGRE
8-HUIRACOCHA - ESPUMA DE MAR
9-PACHACUTEC - TRANSOFORMADOR DE LA TIERRA
10-TUPAC YUPANQUI - LUMINOSO Y MEMORABLE
11-HUAYNA CAPAC - MOZO PODEROSO
12-HUASCAR - CADENA DE ORO
13-ATAHUALPA - GUERRERO VALIENTE


Si tú fueras Sapai Inca, ¿qué nombre elegirías? (dilo en castellano y buscaremos su traducción al quechua) (comenta tu respuesta)

Gobernante Inca

Los gobernantes del imperio eran los Sapai Inca. Eran considerados descendientes de los dioses. Se les veneraba. por ejemplo, nunca pisaban el suelo para trasladarse de un lugar a otro. Eran llevados en andas. Nadie del pueblo podía mirarle el rostro. Eran dueños de la vida de sus súbditos. En la guerra, no lanzaban piedras con sus hondas sino proyectiles hechos de oro. Tenían la panaca real, su familia, con una mujer principal (la couya) y varias secundarias. Decidía cuál de todos sus hijos sería su sucesor.

Los hermanos Ayar

Sobre la montaña Pacaritambo (doce leguas al noroeste de Cuzco) aparecieron los hermanos Ayar, después del gran diluvio que había desvastado todo.
De la montaña llamada "Tampu Tocco" partieron cuatro hombres y cuatro mujeres jóvenes, hermanas y esposas de ellos a la vez.
Eran Ayar Manco y su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y finalmente, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco.
Viendo el estado de las tierras y la pobreza de la gente, los cuatro hombres decidieron buscar un lugar más fértil y próspero para instalarse. Llevaron con ellos a los miembros de diez Ayllus (organización inca que agrupaba diez familias) y se dirigieron hacia el sudeste.

Pero un primer altercado se produjo entre Ayar Cachi, un hombre fuerte y valiente, y los demás. Sus hermanos lo celaban y quisieron matarlo. Con ese plan, le ordenaron volver a las cavernas de Pacarina (se llama así, en quechua, al lugar de los orígenes) a buscar semillas y agua.
Ayar Cachi entró en la caverna de Capac Tocco (ventana principal de la montaña "Tampu Tocco") y el sirviente que lo acompañaba cerró con una gran piedra la puerta de entrada... Ayar Cachi jamás pudo salir de allí.
Los siete hermanos y hermanas restantes, seguidos de los ayllus, prosiguieron su camino y llegaron al monte Huanacauri, donde descubrieron un gran ídolo de piedra con el mismo nombre. Llenos de respeto y de temor frente a este ídolo, entraron al lugar donde se lo adoraba.
Ayar Uchu saltó sobre la espalda de la estatua y quedó enseguida petrificado, haciendo parte en delante de la escultura.
Aconsejó a sus hermanos de seguir el viaje y les pidió que se celebre en su memoria la ceremonia del Huarachico, o "iniciación de los jóvenes".


En el curso del viaje Ayar Auca fue también convertido en estatua de piedra, en la Pampa del Sol. Ayar Manco, acompañado por sus cuatro hermanas, llegó a Cuzco donde encontró buenas tierras; su bastón se hundió con facilidad pero no pudo retirarlo sin esfuerzos, lo cual era una buena señal. Entusiasmados conr el lugar decidieron quedarse allí.
Ayar Manco fundó entonces una ciudad, en nombre del creador Viracocha y en nombre del Sol. Esta ciudad fue Cuzco (ombligo, en quechua), la capital del Tahuantinsuyo

Pachacutec

Durante el gobierno de Viracocha, los chancas partieron de Paucaray -a tres leguas de Parcos- y se dividieron en tres ejércitos. Tan seguros estaban de la fácil conquista del Cusco que dos de los ejércitos se dirigieron al Contisuyo y el tercero tomó la ruta del Cusco. Por su parte, el Inca, viejo y cansado, abandonó el Cusco a su suerte y se refugió junto a su hijo Urco en la fortaleza de Chita. En esas circunstancias, surgió la figura del joven príncipe Cusi Yupanqui, quien decidió defender el Cusco.

Cusi Yupanqui, el futuro Pachacútec, nació en el linaje de Iñaca Panaca. El cronista Betanzos narra épicamente el encuentro de Cusi Yupanqui con los chancas. Cusi contaba con escasos efectivos, con lo cual el triunfo cobra aun mayor realce. En torno al Cusco, el ejército de Cusi cavó grandes hoyos recubiertos de ramas para que los chancas cayeran en ellos. Además, el sacerdote del Sol confeccionó unos bultos de piedra revestidos de ropas para simular un ejército apostado esperando entrar a la lucha. Cusi Yupanqui trató de formar alianzas con sus vecinos, pero ellos prefirieron esperar al desarrollo de los acontecimientos para plegarse al vencedor.

Urco, hijo de Viracocha, había partido junto a su padre abandonando Cusco. Fue nombrado co-regente y, para aquel entonces, había recibido la borla, insignia del poder. Ese mismo día se casó con quien sería su mujer principal, según la costumbre inca. Sin embargo, el joven se mostró poco guerrero y no luchó por el Cusco.

Las sucesiones incas eran tumultuosas al no existir la primogenitura. El poder recaía sobre el "más hábil y eficiente" de los posibles candidatos. De ahí que todas las sucesiones incas dieran lugar a intrigas, luchas intestinas y asesinatos. En este marco, la contienda de Huáscar y Atahualpa no fue un caso insólito sino más bien usual, pero debido a la gran expansión del estado Inca tomó un carácter continental.
Los espías anunciaron la cercanía chanca y los vieron llegar en desorden por la bajada del cerro de Carmenca, emitiendo gritos y alzando sus armas. Llevaban el pelo en pequeñas trenzas y la cara pintada de rojo. En su euforia, no notaron los hoyos y cayeron en ellos. Un curaca llamado Chañian Curi Coca de los ayllus de Choco-Cachona aguardaba la proximidad del enemigo para atacar y peleó tan valientemente que triunfó en su zona. Hasta las piedras puestas por el sacerdote entraron en la contienda. Ellos eran los pururaucas, misteriosos aliados de los incas que sembraron el terror entre las tropas enemigas. Para decidir la batalla, Cusi Yupanqui se dirigió hacia el jefe chanca Uscovilca, lo mató, cogió el ídolo que portaba consigo y lo mostró a los chancas que se desmoralizaron e iniciaron la huida.

Más adelante, los chancas se rehicieron, pero nuevamente triunfó Cusi, ayudado esta vez por sus vecinos. Los incas los persiguieron y se apropiaron del botín que facilitaría en el futuro la expansión cusqueña.

Vencidos los chancas, Cusi Yupanqui juntó el botín y los prisioneros y se dirigió hacia la fortaleza donde estaban Viracocha y Urco. Según costumbre inca, el soberano debía pisar los despojos y a los jefes capturados en acto de toma de posesión de los vencidos y de sus tierras. Viracocha se negó a hacerlo y señaló a Urco como su regente y el indicado para asumir el poder.

Cusi no admitió la propuesta y después de reiterar su pedido decidió regresar al Cusco. Por el camino fue asaltado por soldados de Viracocha, pero conociendo las intenciones del viejo Inca, estaba preparado para el ataque. Así, pudo regresar al Cusco sin mayores percances. No tardó Cusi en ceñir la borla imperial y con ello, según costumbre antigua, cambió su nombre al de Pachacútec Inca Yupanqui, personaje con el que se inicia el auge cusqueño. La expansión inca se puede ubicar en los principios del siglo XV y forma parte de la historia moderna del mundo andino.